Román de Antioquía
La tradición cristiana atribuye el hecho milagroso de que San Román siguiese hablando sin la lengua.Un niño que lo presenciaba, llamado Barula (o Várulas), se puso a proclamar la divinidad de Cristo, lo cual hizo que fuese igualmente torturado y decapitado ante su propia madre.El milagro de seguir hablando una vez amputada la lengua fue un lugar común del martirologio cristiano, e incluso anterior, ya que la lengua se consideraba el instrumento ideal para alabar a la divinidad.No hay demasiadas muestras de San Román en la iconografía cristiana.En ella aparece con el niño Várulas a su lado, portando una capa pluvial, con un libro en la mano y la lengua en la otra.