Se formó alrededor del Convento Franciscano homónimo, cuyo principal atractivo se centra en su arquitectura típicamente colonial, que data del siglo XVIII y es considerada Monumento Histórico.
En el año 1722, Felipe V ratifica la fundación del hospicio y autoriza su erección en convento, el que toma el nombre de San Pedro de Alcántara, cuya obra quedó concluida con la construcción de una iglesia en el año 1725, dando origen a un caserío en su alrededor.
La parroquia cuenta con una sola nave en su interior, iluminada por cuatro ventanas que se abren en el muro sur y una quinta que ilumina el coro alto.
Adosado a un rebajo del muro testero se encuentra alojado un lienzo con escenas religiosas que reemplazó al Altar Mayor de estilo neoclásico de la antigua iglesia.
Durante enero de 2017, el poblado se vio amenazado por la seguidilla de incendios forestales que afectaron a la zona, pero los voluntarios de bomberos lograron evitar que el fuego alcanzara a las viviendas.