Salvatierra (novela)

[2]​ A los nueve años, Juan Salvatierra perdió el habla tras una caída del caballo.

Cuando hubo crecido y pasado la adolescencia, Salvatierra comenzó a pintar en secreto.

A veces pintaba menos, dos o tres metros; a veces, uno; pero no había semana en la que Salvatierra no imprimiera la fecha y su firma al final de su trabajo.

Cuando Salvatierra murió, sus hijos viajaron desde Buenos Aires para hacerse cargo de la herencia.

Intrigado por la monumental obra creada por su padre, el hijo menor, Miguel, se dispuso a conocerla y estudiarla.