Salvador de Cádiz

Su enfoque no solo se centraba en la cristianización de los aborígenes, sino también en establecer nuevas formas de convivencia y producción agrícola, contribuyendo así a la estabilización de comunidades indígenas y al beneficio económico para la corona española.

Estos asentamientos fueron estratégicos tanto para establecer poblaciones como para generar ingresos a través de actividades productivas, contribuyendo a aliviar las deudas ocasionadas por los gastos de guerra contra Inglaterra.

En sus 34 años en la provincia, cumplió con los objetivos de la Iglesia Católica y el gobierno español, contribuyendo a la cristianización de los indígenas y generando beneficios económicos a través de la producción agropecuaria y el comercio.

Su labor fue fundamental para el crecimiento económico y la integración territorial en la región.

Cada grupo indígena tenía su propio barrio, y los dos pueblos estaban separados por una legua de distancia.