Salvador (Bahía)

[5]​[6]​ Fue clasificada en comparación con la red urbana de otras ciudades brasileñas como un centro metropolitano nacional.En 1534, fue fundada la capilla en honor a "Nuestra Señora de Gracia", porque ahí vivían Diego Álvares y su esposa, Catarina Paraguazú.A los indígenas no les gustaba el trato de Pereira Coutinho por su crueldad y arrogancia.Durante los siguientes 150 años cayó en un agraciado descenso, fuera de la corriente industrialista del país.Durante el siglo XIX, Salvador continuó influyendo en la política nacional, teniendo gran número de ministros del Gabinete en el Segundo Reinado, como José Antonio Saraiva, José María da Silva Paranhos, Sousa Dantas y Zacarias de Góis.[9]​ Para 1890, Salvador era la segunda ciudad más poblada de Brasil, y la cuarta en poseer un sistema telefónico.Sin embargo, aunque a inicios del siglo XX, la ciudad continuó creciendo, el ritmo era inferior al regional.Firmas brasileñas, Correa Ribeiro y Barreto de Araujo, también prosperaron con el negocio del cacao.Las clases más privilegiadas se encontraban en la ciudad alta, específicamente en la avenida Barra, Vitoria y el distrito Canela.En 1939, el gobierno encontró petróleo dentro de la ciudad, y dos años después se explotaban cuatro pozos que producían 230 barriles diarios.Sin embargo, algunas de estas construcciones no se restauraron en sus interiores ya que se dio prioridad a las fachadas, entre otras razones porque el estado del interior de las casas impedía la reconstrucción exacta.También es un importante destino de turismo, sobre todo el Pelourinho o ciudad vieja, y las playas.Casi todas las playas cuentan con restaurantes típicos situados sobre la arena (chiringuitos), donde se prepara marisco y diversas bebidas, en especial la cerveza servida muy fría.Sin embargo, la ciudad no sufre temperaturas extremas debido a la proximidad del océano y los vientos que soplan desde él.Para 1890, Salvador era la segunda ciudad brasileña más poblada, superada únicamente por Río de Janeiro.Pocas industrias nuevas se establecieron en estas décadas, ya que los inversionistas prefirieron ciudades más al sur.La ciudad ofrece alojamiento para todos los gustos y las normas, desde albergues juveniles hasta hoteles internacionales.La construcción es una de las actividades más importantes en la ciudad, y muchas compañías desarrolladoras, tanto nacionales como internacionales (principalmente de España, Portugal e Inglaterra[33]​) está invirtiendo en la ciudad y la zona litoral bahiana.Sumándose a los servicios domésticos y regionales, el aeropuerto tiene vuelos constantes a Miami, Madrid, Fráncfort, Lisboa, Londres, Montevideo, Santiago de Chile, Buenos Aires, Isla del Sal y Asunción... Su código aeroportuario es SSA.En 1930, los soteropolitanos protestaron contra el mal servicio del tranvía y las altas tarifas, e incendiaron unas sesenta unidades.Sin embargo, los problemas persistieron durante la administración estadounidense;[10]​ que duró hasta 1955, cuando la municipalidad recuperó el control del servicio.Por eso, en aquella época, se les llamaba "bahianas" a todas las negras bonitas, según lo afirma Afrânio Peixoto, en el "Libro de las Horas".Mucha gente argumenta que esto termina por privatizar el espacio público, ya que disfrutar del carnaval de esta forma solo es accesible por una minoría con alto poder adquisitivo (para asociarse a un bloco es necesario pagar unos 800 Reais como mínimo).Esta forma es todavía más cara que la anterior, y solo es accesible por una minoría de personas.A fiesta se realiza en el Río Rojo, cuando centenas de personas ligadas directa o indirectamente al candomblé "entregan" regalos a la Reina del Mar, depositando perfumes, flores e otras ofrendas en barcos que transportan estos regalos hacia alta mar.Muchos adeptos al Candomblé, entretanto, hacen fiestas particulares en sus casas, sirviendo el tradicional caruru y dando caramelos.Este estadio es propiedad del gobierno municipal, y también alberga al Esporte Clube Bahia.[42]​ Otras instalaciones incluyen gimnasios, como en el Club Bahiano de Tenis y la Asociación Atlética, y los Gimnasios Antonio Balbino (popularmente conocidos como Balbininho), cuya arena es capaz de albergar 7 000 personas.Corrientemente, Salvador posee un calendario nacional de carreras, como también alberga al Mini Transant 6.50.Actualmente, las dos entidades y el Club de Regatas Itapagipe conducen las competiciones con sede en la ciudad.
Terreiro de Jesús y la iglesia de San Francisco en el centro histórico de Salvador.
Llegada de Tomé de Souza a Salvador, un grabado de principios del siglo XIX .
Interior de la iglesia barroca de San Francisco, en Salvador de Bahía. Los decorados no son de oro, sino que pertenecen al llamado "dorado a la hoja".
Santo Antônio Além do Carmo.
Imagen del interior.
Centro histórico de Salvador de Bahía, o Pelourinho, con la iglesia de Nuestra Señora del Rosario de los Negros en el centro.
El Mercado Modelo de Salvador de Bahía, visto desde el Elevador Lacerda en la Ciudad Alta, con la vista de la imponente Bahía de Todos los Santos, que dio nombre a la ciudad.
Avenida Tancredo Neves.
Playas del Porto da Barra, Salvador de Bahía
Bahiana vestida de manera típica, en negocio de Salvador de Bahía.
Cocoteros en Salvador.
Faro de la Barra, en Salvador de Bahía, primera capital del Brasil.
La avenida Tancredo Neves, calle en el centro de business de la ciudad
Avenida Tancredo Neves
Avenida Tancredo Neves
Palacio de Gobierno.
Salvador Bahía Airport, del aglomerado francés Vinci Airports.
Salvador Bahía Airport, del aglomerado francés Vinci Airports.
Estación Lapa en el centro viejo.
Así es uno de los trenes del metro de Salvador.
Baiana
Museo de Arte Moderno de Bahía - Solar do Unhão
Antiguo Teatro São João.
Teatro Vila Velha
Ensayo de un bloco de carnaval, antes del festejo en Salvador de Bahía.
Iglesia de Nuestro Señor de Bonfim, donde se celebra el ritual del Lavado de las Escaleras o Lavado de Bonfim .
Skateboard en el Parque Urbano Jardín de los Enamorados, en la orla marítima de la ciudad. Salvador posee inumeros espacios como eses.
Estádio de Pituaçu.
Estádio Manoel Barradas, do Esporte Clube Vitória.