El puntaje otorgado a la distancia se relaciona con la proximidad al punto de construcción (también conocido como «punto K»), una línea trazada en el área de aterrizaje y que sirve como un «objetivo» que los competidores deben alcanzar.
Las técnicas han evolucionado a lo largo de los años, desde saltos con los esquís paralelos y ambos brazos hacia adelante, al «estilo V» más ampliamente usado en la actualidad.
En la actualidad países como Polonia, Noruega, Eslovenia, Austria o Alemania compiten por la hegemonía con los esquiadores procedentes de Japón, aunque también países como República Checa o Suiza disponen de un gran nivel.
La tecnología desempeña un papel cada vez mayor, y en la actualidad los esquiadores se someten a numerosas pruebas en túneles de viento para hallar la posición ideal que les permita aterrizar más lejos.
Asimismo el equipamiento está orientado a ofrecer la mínima resistencia al aire.
Las mujeres empezaron a competir en esta disciplina en los años 1970, con pioneras como Anita Ward.
[4] [5] Las botas están hechas de materiales flexibles, lo que permite al saltador inclinarse hacia adelante durante el salto.
Mientras están en el aire, mantienen una posición aerodinámica con sus cuerpos y esquís, lo que les permite maximizar la longitud de su salto.
La pendiente de aterrizaje está construida de forma que la trayectoria del saltador sea casi paralela a ella, y la altura relativa del atleta respecto al suelo se pierde gradualmente, lo que permite un aterrizaje suave y seguro.
[8] La zona de salida está vallada y rodeada por un auditorio público.
Las cuestas se clasifican según la distancia que los competidores recorren en el aire, entre el final de la tabla y el aterrizaje.
[10]: 64–65 Durante la competición, cinco jueces se sitúan en una torre a un lado del punto de aterrizaje previsto.
Pueden otorgar hasta 20 puntos cada uno por el estilo de salto, basándose en mantener los esquís firmes durante el vuelo, el equilibrio, la posición óptima del cuerpo y el aterrizaje.
La aerodinámica y la velocidad de despegue son variables importantes que afectan a la longitud del salto, y si las condiciones meteorológicas cambian durante una competición, las condiciones no serán las mismas para todos los competidores.
[13] Para evitar una ventaja injusta debida a un efecto "vela" del traje de salto de esquí, se regulan el material, el grosor y el tamaño relativo del traje.
En este momento se utilizan también los brazos para equilibrar el cuerpo y no caerse.
En los Juegos Olímpicos de Invierno se disputan cuatro pruebas, tres masculinas y una femenina.
[17] La Federación Internacional de Esquí organizó tres pruebas femeninas por equipos en esta competición y hasta entonces fueron las únicas pruebas por equipos en la historia del salto de esquí femenino.