Se trata de un deporte que los atletas no pueden practicar en condiciones reales hasta los días previos a una competición.
Después fue exclusivamente practicado por gimnastas ya que lo encontraban emocionante con una baja probabilidad de lesión.
El salto de gran altura en acantilados viene documentado desde 1770 cuando Kahekili II, rey de Maui, se involucró en una práctica llamada "lele kawa", que significa saltar los pies primero al agua desde grandes alturas sin salpicar.
La práctica más tarde se convirtió en una competición bajo el mandato del rey Kamehameha I, y los saltadores fueron juzgados por su estilo y cantidad agua salpicada al entrar en ésta.
Uno de esos buceadores señaló: "Hay adrenalina, emoción, peligro: muchas energías diferentes pasan por tu mente cuando saltas.
La Serie Mundial Red Bull Cliff Diving se celebra anualmente y atrae a multitudes de hasta 70,000 personas.
Huge Hunt del Reino Unido ganó el campeonato mundial FINA en agosto de 2015.
Existe un debate considerable en torno a los reclamos récord de la inmersión más alta, que gira en gran medida en torno a los criterios para lo que constituye una inmersión válida.
Requerían que los concursantes se sumergieran o ejecutaran al menos un salto mortal y salieran del agua sin la ayuda de otros.
En 1987, Olivier Favre intentó un doble salto mortal desde 177 pies, pero se rompió la espalda tras el impacto y tuvo que ser rescatado.
Algunas investigaciones sugieren que el impacto asociado con zambullirse desde altura podría tener efectos negativos en las articulaciones y los músculos de los atletas.