Kierkegaard mantiene que la transición de una cualidad a otra puede darse únicamente por un salto (Thomte 232).
Cuando la transición ocurre, la persona se mueve directamente de un estado a otro sin estar en los dos en ningún momento.
En su libro Migajas filosóficas, Kierkegaard ahonda en las paradojas que el cristianismo presenta.
La implicación del salto de fe puede tener, según contexto, una connotación negativa o positiva, por ejemplo si alguien siente como una virtud ser capaz de creer en algo que no tiene evidencia mientras otros creen que está loco.
Se trata de un tema contestado como concepto teológico y filosófico.