Salame de Tandil

[1]​[2]​ La elaboración de embutidos madurados llegó a Tandil con la inmigración italiana y española de fines del siglo XIX y principios del siglo XX.

Los inmigrantes se instalaron en las laderas de las sierras por su clima propicio para la producción de chacinados.

Con el tiempo, lograron crear una receta característica con materias primas de la región y ganado vacuno y porcino alimentado con recursos locales, sumado al estacionado y curado en el clima de Tandil: frío pero no helado, ventoso, generalmente húmedo.

Asimismo, se exige el atado y etiquetado del salame a mano, el uso de tripa natural, la molienda de condimentos en el momento (no se permite el uso de productos deshidratados) y la elaboración debe ser artesanal.

[1]​ La asociación civil de productores encargada de promover y proteger la producción del salame de Tandil está conformada por Cabañas Las Dinas, Estancias Integradas, La Charcutería, Granja el Reencuentro y Cagnoli.