En primer plano, iluminado por una luz que parece venir de abajo, María y Jesús en el pesebre.
María tiene en su regazo un libro abierto, probablemente la Biblia, que parece haber dejado de leer para ver al niño dormido, como si un pasaje en particular hubiese recordado su destino.
En la obra hay otras dos referencias simbólicas al Salvador: José está trabajando en un yugo, un elemento atípico en la iconografía del personaje bíblico, probablemente, indicando su sumisión al plan salvífico de Dios.
[2] En la parte superior izquierda, los ángeles descienden hacia la madre y el hijo: uno de ellos tiene los brazos abiertos en actitud protectora.
[2] Se podría calificar a la obra como una pintura de género, una escena muy íntima; sin embargo, debido a los querubines que aparecen en la parte superior izquierda no se puede considerar como pintura de género.