SS Savannah (1819)

Sus aspas eran retráctiles y se podían retirar en quince minutos, así facilitaba la navegabilidad cuando no eran usadas.[2]​ La gente se burlaba y le llamaban "ataúd flotante", el capitán Steven Rogers tuvo problemas para reclutar a la tripulación.Durante un mes ofrecieron pasajes y transporte, pero por la desconfianza del público tuvo que zarpar sin pasajeros el 5 de mayo.Durante la travesía se cruzó con otros barcos y los dejaba atrás por velocidad cuándo navegaba a máquina ya que alcanzaba los 9 o 10 nudos, muchos al ver el humo de la chimenea creían que tenían un incendio abordo intentaban acercarse a rescatarles pero no lo podían alcanzar.El 21 de julio se dirigió a Rusia, paró en Estocolmo y el gobierno sueco quiso comprarlo, en Kronstadt recibió la visita del Zar.