Las trazas de Rusophycus son característicamente bilobuladas con simetría bilateral, de pequeño o mediano tamaño, de altura variable y que pueden ser perfectamente paralelas entre sí o fusionarse en su zona posterior.
Por lo general ambos lóbulos se estrechan significativamente en su zona terminal.
[1] Algunos investigadores incluso han sugerido que pudieran tratarse de nidos excavados para depositar en ellos huevos.
Posteriormente en 1873 un estudio similar fue dado a conocer por Alfréd Gabriel Nathorst con más éxito que su predecesor.
[5] Realmente son varios los grupos animales que pueden realizar marcas tipo Rusophycus y, de hecho, con posterioridad a la extinción de los trilobites hasta la actualidad siguen apareciendo rastros similares que pueden haber sido realizados por estrellas de mar, artrópodos de simetría bilateral, vertebrados u otros organismos bentónicos no sésiles.