Ruperto Elichiribehety

En la primera juventud dejó para siempre la antigua población bajando a Montevideo, donde cursó estudios secundarios en el Colegio Seminario.La presión de la masa helada trituró el casco del "Endurance" y los tripulantes debieron refugiarse en un témpano que anduvo por meses a la deriva.Esta nave, originalmente "Princess Royal", fue construida en Aberdeen (Inglaterra) y dedicada a la pesca en el Mar del Norte en 1906.La bonhomía del jefe expedicionario, unida a los particularísimos mecanismos propios de entonces, dieron solución al punto, y así un sonriente Castells Carafi nos observa desde las fotografías tomadas antes de zarpar.El riesgo supuesto por la empresa que se iba a acometer, hizo insoslayable la necesidad, entre otras, de contar con auxilio sanitario a bordo, y al efecto la Asistencia Pública envió al Practicante Oscar Rodríguez Rocha, un adelantado estudiante de medicina que se había presentado voluntariamente para ello.Tan heterogénea tripulación podrá sobrellevar sin inconvenientes los sacrificios que supone una empresa como la que emprendiera, gracias a 2 factores: el espíritu común y la acción del Jefe Expedicionario.Mas la homogeneidad que de ello surge tiene un valor estático que puede verse superado por la gravedad de algunos acontecimientos, siendo allí donde asumió su papel la conducción impecable, paternalmente severa y protectora, del Comandante Elichiribehety.Se aprecia al repasar las Órdenes Generales de él emanadas, que no bien se hace a la mar con su buque, resuelve con energía y brevedad la compleja cuestión que plantea relacionar jerárquica y orgánicamente a personas de tan diversos orígenes, como era el caso de la tripulación a su mando.Solucionado ese primer punto, librará la conducción a un trato de humana y considerada camaradería.Aquí en tierra firme no eran menos atendidas las noticias que traían desde las Malvinas los viajeros que habían pasado por allí recientemente, destacándose entre ellas las expresiones del Obispo Every, D.D., llegado el 8 por la noche a bordo del "Oronsa", y del médico Vicente Subiza, quien también estuvo en contacto con Shackleton y brindaba así fehacientes versiones de la opinión del explorador respecto a las posibilidades de supervivencia y rescate de sus hombres.El radio del ministro Sánchez resume impecablemente cuanto se deseaba a los marinos, diciendo así: "Teniente de Navío R.L.El Alférez de Navío San Martín divisó los moles errantes, adelantándose al Capitán Worsley que le acompañaba, hombre acostumbrado a navegar en aquellos gélidos parajes, y aun antes que el serviola diera la voz de alerta.Así llegó para los expedicionarios el 21 de junio, inicio del invierno que recibía entre los hielos antárticos el primer vapor de casco metálico que jamás osara navegar en tan altas latitudes.Pero la realidad llegó a las 9 y 30, cuando entre las brumas polares aparecieron las montañas de Elefante.Se navegó sin éxito buscando una zona en que la faja fuera más angosta, mientras que los hielos seguían llegando desde el Oeste y al adherirse a las bandas del buque le restaban velocidad y capacidad de maniobra, bastando poco más para que la mano helada retuviera para siempre el atrevido vapor.Pero las circunstancias, cada vez más difíciles, parecían haber retado a los orientales, que ahora querían intentar el abordaje de la isla en trineo o con esquíes, según lo relató el Alférez Camps en Montevideo, pero en verdad era imposible dado que el campo de hielo que se extendía ante ellos era de superficie muy quebrada, y en esas grietas hubieran perdido la vida cuantos intentaran cruzar la barrera helada.Ante la resistencia de la Oficialidad uruguaya a volver sin cumplir el objetivo, se celebró un consejo.Nuestro Comandante, sin embargo, no juzgaba agotadas las posibilidades, porque ante todo en su pecho golpeaba el honor, que no mide, frente a la eficiencia, que solo calcula; y el honor disponía seguir adelante.Situado en la línea de la más pura tradición, supo ser exigente y paternal, exigente consigo mismo antes que nada, y paternal para tener presentes a sus subalternos, de quienes no dudaba en exigir el máximo desprendimiento pero a los que debía protección.En ese instante de grave emotividad buscó en sus subordinados inmediatos un auxilio, no para su capacidad indiscutida, sino para su conciencia de hombre recto que pedía al Consejo un juicio sobre el camino legítimo a seguir.Este documento está redactado en español en el original y refrendado por unos párrafos en idioma inglés.