En 1763 publica una ambiciosa obra sobre geología volcánica, Specimen Historiae Naturalis, que pronto le hace ganar renombre científico internacional.
Como Raspe era ante todo un experto en catalogar, realizó esta actividad de manera minuciosa en estas colecciones, descubriendo hasta seiscientos artículos no registrados.
De allí que el Munchausen literario pasara a la Historia no solamente como aventurero, sino, sobre todo, como un consumado embustero, y un mentiroso patológico.
Estas ediciones fueron añadiendo cada vez más historias que circulaban por toda Europa, modificándose en alto grado la versión original.
En cuanto a Raspe, la edición inglesa cambió de manos (incluyendo las del escritor), con lo cual este vivió nueve años sin apenas disfrutar las mieles -sobre todo económicas-, que su popularísimo personaje le podía haber reportado.