Rondallas mallorquinas

Resultan notables por ingente trabajo de recopilación de folklore del autor y por haber seguido siendo publicadas recogiendo expresiones típicas de Mallorca e intentando representar la forma en que habían sido contadas, en una época en la que el uso del catalán no estaba bien visto en España.

Aparecen personajes que son equivalentes a Blancanieves, La Cenicienta (Francineta), animales parlantes y personajes fantásticos como gigantes (gegants), demonios (dimonis) y dragones (dracs).

También abunda el humor escatológico, lo que resultaba siempre especialmente divertido para el público infantil.

Las rondallas tienen en definitiva un tono moralizador, perteneciente a la época en la que fueron transcritas.

Aunque tengan en ocasiones, como se ha dicho antes, argumentos crueles, ensalzan virtudes como la sencillez, la honradez y la ayuda al prójimo.