Tras sus primeros intentos por entrar en Palmeiras y ser continuamente rechazado, consiguió pasar una prueba con el Corinthians, con el que fichó en 1965.
Rivelino permaneció diez años en Corinthians en donde a pesar de convertirse en gran figura, tan solo consiguió un campeonato Río-São Paulo.
En su nuevo equipo Rivelino se convirtió en una auténtica estrella capaz de realizar jugadas asombrosas.
Durante aquella época, apodaron a Rivelino como Patada Atómica, ya que sus disparos, impregnados de una fuerza sobrehumana, llevaban un efecto nunca visto hasta entonces.
Posteriormente, en 1978, fue traspasado al club Al-Hilal, de Arabia Saudita, pues el fútbol árabe quería lograr intervención en ligas profesionales.
Si no se hubiera lesionado gravemente y perdido toda su forma física, podría haber sido la estrella del torneo".