Roberto Prádez y Gautier

En mayo de 1805 se dirigió a la Real Escuela de Sordomudos que se había fundado en enero de ese mismo año y se ofreció como profesor para enseñar a leer, escribir y dibujar.

La dirección del colegio se mostró entusiasmada con la posibilidad de tener un maestro que estuviera en las mismas condiciones de sordera que los alumnos.

Sin embargo, el rey, por falta de dinero, rechazó otorgar una subvención y Prádez tuvo que enseñar varios años sin sueldo fijo.

Prádez envió cartas pidiendo ayuda para ropa, pero no consiguió nada.

Tras varios cambios de gobierno, se realizaron purgas de los empleados públicos, que Prádez superó con dificultad, ya que había realizado algunas declaraciones contradictorias.