Sus virtudes son el olfato goleador que lo llevó a convertir una buena cantidad de goles, sobre todo en Vélez y Cerro Porteño, y el cabezazo, ítem en el cual se hace fuerte mediante su altura tanto para convertir goles como para defender en su propia área.
Al poco tiempo logró consolidarse en Primera División y estuvo muy cerca de consagrarse como goleador del Clausura 2003.
Ese día, Vélez volvió a ganar después de 12 años en el Monumental.
Entre medio de estas cesiones, se frustró su llegada en 2006 a San Lorenzo.
El delantero, que ya había firmado su contrato, se terminó desvinculando antes de debutar por diferencias con el director técnico: Oscar Ruggeri.
De hecho, poco tiempo después fue ofrecido a varios otros clubes argentinos, pero -a pesar de que meses antes parecía un refuerzo atractivo- ninguno decidió contratarlo: entre estos estuvo Newell's Old Boys, cuyo entrenador Nery Pumpido rechazó a Nanni también por problemas físicos.