En el proceso, creó más riqueza para los accionistas que cualquier director general en la historia.
En Cheshire, Goizueta logró dominar el idioma inglés viendo películas estadounidenses.
Estando de vacaciones en Miami, Goizueta y su familia decidieron quedarse en los Estados Unidos con sólo 200 dólares y con 100 acciones de Coca Cola (que costaban en ese momento 15.000 dólares,[1] que su padre le prestó).
Comenzó su carrera en la compañía de Coca Cola, un año después de volver a Cuba para trabajar en el negocio familiar, contestando a un anuncio clasificado anónimo en el periódico local.
Así comenzó a trabajar para la embotelladora de Coca Cola en Cuba.
Más tarde fue reasignado a Nassau y Bahamas como químico de la región Caribe.
Roberto Goizueta sorprendió al mundo empresarial en 1979, al llegar a ser presidente de Coca Cola después de que el entonces presidente oficial J. Lucian Smith renunciara.