Schumacher vio que la escultura arquitectónica ganaba importancia, por ello le entregó a su exalumno muchas comisiones gubernamentales.
Durante los años 1920 y 1930, Kuöhl trabajó en terracota, piedra y cerámica desarrollando una Baukeramik a prueba de agua.
Su trabajo se incorporó en muchos edificios, puentes y monumentos en Hamburgo y otras ciudades del norte de Alemania.
El monumento a los mártires del Segundo Regimiento de Infantería Hanseática 76, que murieron en la guerra Franco-Prusiana levantado en Hamburgo por Kuöhl y el de la Primera Guerra Mundial son típicos del tercer Reich y es uno de los pocos que quedan.
El monumento, con su burlesca inscripción, «Alemania vivirá, aún si morimos» sigue causando controversia, con un gran sentimiento popular a favor de quitarlo mientras que otros, especialmente grupos de veteranos exigen que se mantenga.