Este evento fue causado por un proceso de ciclogénesis explosiva que generó un episodio de lluvias torrenciales.
El fenómeno meteorológico que desencadenó las inundaciones fue una borrasca de origen subtropical que sufrió un proceso de ciclogénesis explosiva mientras se desplazaba hacia la península Ibérica.
Esta borrasca, acompañada de sistemas tormentosos muy organizados, provocó precipitaciones intensas y persistentes en Extremadura, con especial relevancia en la provincia de Badajoz.
[1] Durante la noche del 5 al 6 de noviembre, las lluvias torrenciales saturaron los suelos ya húmedos por las precipitaciones anteriores.
[3] Cientos de familias se vieron afectadas por la destrucción de viviendas y negocios.