Riada de Alicante de 1997
Durante la tormenta se recogieron hasta 267 litros por metro cuadrado en seis horas, con una intensidad máxima de 156 litros por metro cuadrado en apenas hora y media.En poco más de una hora, el agua inundó calles, sótanos y bajos comerciales, paralizando el tráfico y dejando vehículos flotando como si fueran de papel.[1][2][5] Aunque hubo una breve tregua a media mañana, la lluvia se recrudeció con mayor intensidad hacia las 13:00 horas, provocando el colapso definitivo de la ciudad.Las pérdidas materiales fueron incalculables, con barrios enteros anegados, comercios destruidos y vías de comunicación cortadas.La solidaridad ciudadana fue clave para enfrentar la catástrofe, destacándose imágenes de rescates dramáticos y esfuerzos colectivos.