El padre, la madre y la hermana se convierten en modelos habituales.
No tardó demasiado tiempo en hacer prevalecer el apellido materno, hasta convertirlo en firma única en la mayor parte de sus obras.
[1] El retrato capta el momento en que la madre, de perfil, descansa medio adormecida, con la cabeza ligeramente inclinada hacia delante y los ojos cerrados, recreando una atmósfera plácida.
[1] Durante su trayectoria Picasso realizó diversos dibujos y retratos de su madre.
En el museo barcelonés se conservan varios dibujos anteriores del busto de la madre, a lápiz sobre papel, hechos en La Coruña el 1894-1895;[2] otros realizados en Málaga o en Barcelona el año 1895;[3] y otros dibujos hechos en Barcelona en 1895;[4] así como tres acuarelas;[5] además de diversos esbozos y apuntes.