Existe un mito popular que si uno toma una concha y se la acerca a la oreja, se puede escuchar el sonido del mar.
El resonador es simplemente un amplificador de algunas frecuencias existentes en el medio ambiente, incluyendo el aire que fluye dentro del mismo.
Asimismo con un resonador se podrían captar los sonidos originados en el propio cuerpo humano, y atenuar otros.
El oído humano capta los sonidos producidos por el cuerpo humano, como la sangre que fluye, los músculos de la actuación e incluso el aire se filtra a través de la cera del oído.
Este efecto produce la oclusión con conchas marinas, vasos, o manos extendidas sobre los oídos, y también con auriculares circulares, cuyas copas forman un sello alrededor de la oreja, aumentando la impedancia acústica de los sonidos externos.