En 1991 el Rhön fue reconocido a nivel internacional por la Unesco como una reserva de la biosfera.
Esto implica la creación de un desarrollo económico a largo plazo para la agricultura y el comercio que esté en sintonía con la protección y el cuidado de la naturaleza y el paisaje local.
La idea es conseguir el llamado desarrollo sostenible, que armoniza los temas económicos y sociales con los medioambientales.
Otras 67.483 ha (36,49 %) se designan como zonas de protección donde sólo puede haber un uso cuidadoso de la tierra, compatible con la naturaleza.
Las zonas restantes son las zonas de cooperción en la que se encuentran los pueblos y las ciudades del Rhön.