[1] Se trata de un gran promontorio submarino que constituye la continuación del Cabo de Palos, el cual reaparece en la superficie en las islas hormigas, constituyendo sus bajos fondos un gran peligro para la navegación, como lo atestigua el naufragio del Sirio, un trasatlántico que se hundió en 1906 con gran cantidad de víctimas mortales.
Incomprensiblemente, en la Hormiga el edificio había sido proyectado como si tuviera que edificarse en tierra firme.
Este desgraciado se defendió cuanto pudo de las olas, luchando para salvar a su familia, y viendo perecer sucesivamente a su esposa y tres niños arrebatados por los embates del mar.
Próximo a sucumbir también, y teniendo a su último hijo en los brazos, fue recogido con un valor heroico y entre inminentes peligros de muerte, por el patrón de barquilla agregada al servicio del Faro».
La belleza y buena conservación de los fondos marinos ha convertido esta zona en uno de los destinos preferidos para la práctica del submarinismo en España, constituyendo la visita al pecio del trasatlántico hundido en una de sus atracciones principales, si bien está reservado a buceadores experimentados, ya que el buque se encuentra a gran profundidad.