Se caracteriza por el cierre de la mano en torno a cualquier objeto que toque su palma.
Si más allá de los seis meses continúa como conducta refleja se puede considerar como signo patológico en el desarrollo.
La presencia e intensidad de un reflejo es una señal importante de funcionamiento y desarrollo del sistema nervioso.
Muchos reflejos en los bebés desaparecen a medida que el niño crece, aunque algunos permanecen a lo largo de la vida adulta.
Un reflejo que todavía esté presente después de la edad en la que normalmente desaparecería puede ser un signo de daño cerebral o daño al sistema nervioso.