La RND demuestra que el cerebro no se encuentra al ralentí cuando no interviene en actividades conscientes (por ejemplo, cuando se está bajo los efectos de una anestesia).
Probablemente, emite señales de sincronización para coordinar la actividad entre esas regiones, lo que aseguraría que las mismas se hallen listas para reaccionar de forma concertada ante los estímulos.
Históricamente, la comprensión del cerebro llevaba aparejada la idea de que la mayoría de sus regiones permanecían bastante tranquilas hasta que se las requería para iniciar alguna tarea específica.
Tales áreas (una parte de la corteza parietal medial y la corteza prefrontal medial), consideradas las «centralitas principales» de la RND, experimentan esa caída cuando otras áreas se ven implicadas en la ejecución de una tarea determinada.
Otros estudios señalan a la RND como clave en el funcionamiento del trastorno por déficit de atención con hiperactividad, donde el sujeto tiene problemas a la hora de iniciar una tarea, puesto que encienden la red neuronal orientada a tareas pero no logran apagar la RND de manera simultánea.