El conflicto se debió a que el proceso de desmovilización e integración de los rebeldes a la vida civil o a las fuerzas armadas de sus respectivos países resultó lento e insatisfactorio y el hecho que algunos políticos tuareg integrados a los gobiernos perdieron sus cargos, terminando algunos en prisión.A comienzos de 2007, la rebelión se generalizó en ambos Estados haciéndose simultáneos los enfrentamientos en los dos.La guerra de guerrillas y represión militar provocaron un éxodo masivo de refugiados a las capitales regionales como Kidal en Malí y Agadez en Níger, en esas dos regiones es donde se desarrolló la mayoría de la lucha.Argelia ayudó a negociar un alto al fuego para octubre de 2008 para Malí pero una facción rebelde la rompió en diciembre, aunque fue aplastado pronto por las deserciones y la colaboración de otras guerrillas con el ejército en febrero del siguiente año.Posteriormente, en 2011, en la guerra civil de Libia el gobierno de Muamar el Gadafi contrató unos 200[5][6] a 4.000[7] mercenarios de esta etnia provenientes de Malí (y en menor medida Argelia, Níger y Burkina Faso)[8] según diversos informes.