Los datos de su vida indican que fue una persona dedicada casi por completo al trabajo.
A través del estudio de los ejemplares de la revista es posible afirmar que Ramón Miró estuvo trabajando en este semanario desde el año 1899 hasta el 1902.
Ramón Miró se vio envuelto en el año 1903 en una polémica artística que comprometió a dos revistas de la época: L’Esquella de la Torratxa y el ¡Cu-Cut!.
Este número contenía una página en particular, la 484, titulada “Tímos Artístics”[4] en la que se declaraba abiertamente a Gaietá Cornet, uno de los dibujantes y fundadores de la revista ¡Cu-cut!, como a un plagiador.
Es importante tener en cuenta que dicho dibujante había trabajado previamente para L’Esquella de la Torratxa pero, por supuestas diferencias con la dirección, había abandonado este semanario, fundando poco después el ¡Cu-cut!.
Ambas revistas mantenían una relación bastante competitiva, al menos en estos primeros años de publicación del ¡Cu-cut!.
cumplió con lo prometido, publicando junto con su número 86 un suplemento titulado “Timos de la Esquella”.
Sorprendentemente, tras este mazazo a la integridad artística del semanario y de sus dibujantes, L’Esquella de la Torratxa decidió no contestar, ignorando por completo toda la polémica.
Los dibujos de Ramón Miró no muestran una sola y clara línea estilística.
En ellos se puede encontrar desde ilustraciones muy detalladas hasta dibujos sencillos y de carácter esquemático.
Situados al final de las revistas, los anuncios publicitarios ilustrados son un campo en el que Miró destaca.