Ramón de la Plaza
De acuerdo con la crónica del escritor Jesús María Herrera Irigoyen publicada en El Cojo Ilustrado, y citada por Mario Milanca Guzmán en su investigación sobre la vida del crítico, estuvo en contacto con estudios tempranos de música y pintura, que estimularon su sensibilidad hacia las artes.Los oficios fúnebres fueron reseñados en el diario La Opinión Nacional, en los que resaltó la participación del presidente Guzmán Blanco, quien presidió los honores militares.Ya en ellos su escritura muestra un estilo que sin restarle la importancia que su obra adquirió para la historia del arte venezolano, de acuerdo con el investigador José María Salvador, combina diversas y a veces contradictorias opiniones ideológicas a través de la ampulosidad y la hipérbole.Asimismo, durante esa década fue un importante colaborador de la revista musical La Lira Venezolana.[3] Sin embargo, en 1883 Diógenes Arrieta aseveró que éste fue designado en 1879, bajo el tercer gobierno de Antonio Guzmán Blanco tras la Revolución Reivindicadora.