El séptimo ancestro en su genealogía había sido un brahmán llamado Sarvagñá, conocido por el título de yagad-gurú (maestro universal) y había sido un reyezuelo de su provincia.
Cuando hubo agitación religiosa, el hijo de Mukunda, Kumara Deva, se trasladó a Jessore.
Le dijo que en su vida tendría dos tareas: vivir en Vrindavan, donde debería localizar y desarrollar los lugares sagrados perdidos en esa aldea, y escribir acerca de la novedosa teología krisnaísta.
Por orden de Chaitania, Rupá viajó a Puri y residió allí durante diez meses.
Debido a esto, los krisnaístas consideran que Rupá Gosuami es el seguidor más importante de Chaitania.
Los que siguen en su línea discipular se conocen como rupánugas (seguidores de Rupá).
Rupá y Sanatana se quedaron en Vrindavan el resto de sus vidas.
Poco después, se les unió también el hijo de Anupama, Yivá Gosuami, a quien Rupá otorgó la iniciación espiritual y entrenó personalmente en las doctrinas del krisnaísmo bengalí.
Su samadhi (tumba) se encuentra en el patio del templo Radha-Damodara, en Vrindavana.