Atraviesa bellísimos paisajes antes de entrar en la villa, ya que proviene de montañas que apenas superan los 600 m, pero que tienen una media anual de precipitaciones de más de 1.500 mm (según AEM), lo que provoca sus intensos caudales en ocasiones, como cabe destacar las crecidas de noviembre del 2006.
Durante largo tiempo no tuvo la atención necesaria, pero se ha actuado sobre el y su entorno; hoy en día ha mejorado mucho.
En su tramo final, cercano al mar, durante la marea baja, el caudal es escaso.
En este tramo abundan los patos y gansos, que tienen aquí su "residencia", a su paso por el parque de A Xunqueira, muy concurrido por los vilagarcianos.
El río contiene gran cantidad de peces, visibles desde las orillas del río y que llaman mucho la atención a los viandantes que pasan sobre el puente de Vista Alegre.