Remata en una cúpula muy peraltada y ovoide decorada por tejas de cerámica vidriada.
Lo liviano de su arquitectura, efímera en origen, ha podido ser causa de numerosos traslados con sus consiguientes desperfectos, por lo que ha sido restaurado en numerosas ocasiones.
Tras la Exposición Hispano-Francesa de 1908 fue trasladado al centro del Paseo de la Independencia.
En 1927 regresa a su primera ubicación en la plaza de Castelar, (posteriormente llamada de José Antonio y actual plaza de los Sitios) hasta 1968, en que fue reinstalado en su emplazamiento actual del Parque Grande José Antonio Labordeta.
En febrero de 2017 sufrió un atentado que dañó gravemente su estructura, al ser atacado con una retroexcavadora.