Juan, el más joven de los hermanos, sabe leer y escribir y le da gran valor a la responsabilidad; por ejemplo: está en contra de gastar el dinero en comida, por ello buscan en la basura por comida.
Jorge por el contrario no es tan responsable y no es ahorrativo y se guarda un poco de dinero para gastarlo con la chica que le gusta, la vendedora de raspados.
Un día Jorge roba 20 pesos del dinero ahorrado, para así poder gastarlos con la chica de los raspados.
A Juan no le hace ninguna gracia que su hermano haya abusado de su confianza y decide continuar su camino solo.
Con el paso del tiempo Juan regresa como un hombre exitoso al bar en el que solía cantar junto con su hermano durante su niñez, pero Jorge no ha salido de la pobreza y continúa con una vida de derrotado.