Se enfrenta a la “coursière”, una vaca de corrida landesa, realizando un quiebro.
Mientras la vaca se precipita hacia él y le da un cabezazo para alcanzarlo con sus cuernos, la esquiva con un hueco que deja pasar al animal por el hueco de su región lumbar.
Al final de la plaza, generalmente de cara a la presidencia, reuniendo jurado y comentarista, el entrenador, desde el burladero, coloca a la vaca y llama su atención hacia el quebrador, quien lo llama y la provoca.
Hay dos formas de realizar el quiebro: En competición (corrida de desafío y corrida landesa), todas las cifras son puntuadas por un jurado asistido por un contador y un asesor.
El quiebro se anota de 1 a 5 puntos o de 1 a 7 si se hace en el lado de la cuerda (espacio interior) : es un efecto peligroso ya que el cordal ya no puede intervenir en la cuerda.