Los cuerpos se encontraron en sendas tumbas, que fueron excavadas varios años después de su descubrimiento, en 1978.
Las dataciones realizadas arrojan una fecha en torno al siglo XV, concretamente 1460 d. C. Al haber sido enterrados bajo una roca a baja temperatura y al alcance de una brisa helada constante, varios de los cuerpos se encontraban en excelentes condiciones de conservación, preservando incluso los órganos internos, el pelo o la ropa.
[2] Se cree que individuos infantiles eran varones por llevar vestimenta asociada a los hombres, si bien esta hipótesis no ha sido confirmada por medios científicos.
Los trabajos arqueológicos determinaron que todas las personas fueron enterradas en un breve espacio de tiempo.
El bebé es el representante más famoso del grupo, y podría haber sido depositado aún vivo en la tumba si su madre había muerto, tal y como era costumbre en la cultura inuit.