Quiere decir, cuando una persona va a ir a algún lado con otras, ya sean familiares, amigos, compañeros, entre otros, y quedaron de encontrarse a la 1 p. m., se debe estar a esa hora o unos minutos antes por cortesía, pero después no, puesto que eso se define como una persona impuntual.
Por ejemplo, en una cultura particular puede ser entendido que la gente llegará una hora más tarde de lo anunciado.
En este caso, puesto que cada uno entiende que una reunión a las 9 a. m. comenzará realmente alrededor de las 10 a. m., nadie se incomodará cuando todo el mundo aparezca a las 10 a. m. El valor de la puntualidad es necesario para dotar a nuestra personalidad de carácter, orden y eficacia, pues al vivir este valor en plenitud estamos en condiciones de realizar más actividades, desempeñar mejor nuestra labor, ser merecedores de confianza.
[1] En muchos convenios laborales, se recogen frases que especifican esta normativa, del tipo se considerarán faltas de carácter leve tres faltas de puntualidad durante un mes sin que exista causa justificada.
La cantidad exacta de minutos de retraso que ameritan la consideración de falta por impuntualidad es, no obstante, un tema controvertido y sujeto a interpretación subjetiva y criterio del evaluador.