La actividad portuaria está documentada en Pontevedra y su ría desde la Antigüedad, gracias al miliario romano[1][2] que se conserva en el Museo de Pontevedra y cuya inscripción hace referencia a su importancia como vía de comunicación marítima.
Algunos historiadores estiman que el movimiento económico generado por el asentamiento podía alcanzar los 80.000 ducados anuales.
[4] En el siglo XVII, el puerto de Pontevedra comenzó a decaer por la falta de calado necesario para los barcos, cada vez más grandes, y por el enarenamiento provocado por las crecidas del río Lérez.
[5] A mediados del siglo XVIII, la ría de Pontevedra inició su desarrollo comercial e industrial.
[6] El crecimiento e importancia del puerto de Marín se manifestó ya en el siglo XVIII gracias al monasterio de Osera, que lo abrió a la pesca y al comercio exterior.
[14] El puerto cuenta, entre otras instalaciones, con una moderna Lonja de Pescado climatizada, una terminal cubierta, una red ferroviaria interna, un puesto de inspección aduanera y dos Astilleros.
Las mercancías más importadas son frutas, cereales, pasta de papel, pescado congelado o productos siderúrgicos.
El puerto cuenta con una red ferroviaria interna que permite el acceso a las zonas de descarga y almacenes.
El puerto está conectado con la circunvalación de Pontevedra PO-10, lo que permite un fácil acceso al resto del país, incluida la autopista AP-9 (La Coruña-Tuy).