Una puerta corrediza o puerta corredera es un tipo de puerta que se abre de manera horizontal con un movimiento de deslizamiento sobre un espacio predeterminado, paralelo al lugar en el que se encuentra.
Existen pruebas de uso de puertas corredizas que se remontan al siglo I, en casas romanas.
Aún es posible observar los rieles esculpidos en roca en las ruinas de Pompeya en Italia, destruida en el 79.
Durante la Edad Media también se utilizaron puertas corredizas como puerta de acceso a las fortificaciones, pero en este caso de desplazamiento vertical.
Existen puertas correderas también en formato automático que suelen verse en entradas de centros comerciales, hospitales, restaurantes, hoteles, aeropuertos o en vagones de tren y metro.