El nombre del género Protea fue creado en 1735 por Carlos Linneo en honor al dios griego Proteo que podía cambiar de forma a voluntad, dado que las proteas tienen muchas formas diferentes.
Las proteas atrajeron la atención de los botánicos que visitan el Cabo en Sudáfrica en los años 1600s.
Esta familia se divide en 2 subfamilias: Proteoídea, mejor representada en el sur de África y Grevilleoídea, concentrada en Australia y Sudamérica y los otros segmentos más pequeños de Gondwana que ahora son parte del este de Asia.
África comparte sólo un género con Madagascar, mientras que Sudamérica y Australia tienen muchos géneros en común, lo cual indica que se separaron de África antes de apartarse entre sí.
En África, el género de la protea no se puede hallar más al norte del río Limpopo.