El jamón de Parma (en italiano prosciutto di Parma) es un producto típico de la región llamada terre matildiche, que se extiende desde la vía Emilia hasta el río Enza.
Ya famoso en la época romana, hablaron de él Marco Terencio Varrón (siglo I a. C.), Polibio y Estrabón.
El único conservante permitido por la especificación, en cantidades incluso menores que en otros tipos de jamón, es la sal.
[4] En cocina, el jamón de Parma se usa en combinación con diferentes sabores: con el melón como antipasto, con cerdo asado, la famosa rosa di Parma, y como ingrediente principal de los clásicos tortellini.
Combina bien con muchos vinos locales, preferiblemente blancos (como la Malvasia dei Colli di Parma, el prosecco, etcétera).