En una orquesta sinfónica, el concertino es el solista de la sección de violines primeros, en una banda el clarinete principal o a veces la trompeta.
El nombre surge del concerto grosso, género empleado sobre todo en el barroco italiano en el que destacó Arcangelo Corelli.
Por extensión, se utilizan ambos términos para cualquier agrupación de músicos que cumplan sus características; puede hablarse, por ejemplo, del concertino y el ripieno de una Big Band de jazz, género que comparte muchas características formales con el concerto grosso (incluyendo la libertad interpretativa y de improvisación, que es típica de la música anterior al clasicismo).
En la actualidad, el término se usa muy comúnmente para la música sinfónica, donde la primacía de los violines es muy habitual.
En ocasiones ayuda a la dirección de la orquesta con pequeños gestos o guiños que marcan tiempos que no pueden ser indicados solamente por la batuta del director.