En un sentido legal, las candidaturas presidenciales se consideran «candidaturas ciudadanas», siendo el único cargo electo en Cabo Verde para el cual no es obligatorio presentarse por medio de una formación política registrada, sea un partido o «grupo de personas».
En la práctica, sin embargo, históricamente la influencia de las fuerzas políticas nacionales en las elecciones presidenciales ha sido alta: todos los presidentes desde la independencia y democratización del país han provenido del bipartidismo entre el MpD y el PAICV, y tradicionalmente la mayoría de los candidatos presidenciales son apoyados por, al menos, un partido político.
En caso de renuncia, muerte o incapacidad física o mental permanente del presidente, el cargo quedará vacante y el primer ministro asumirá la jefatura de estado en forma interina.
Debe realizarse una elección en la que un nuevo presidente será electo y este comenzará un nuevo mandato de cinco años, sin perjuicio de la duración del mandato anterior.
Debe realizar el siguiente juramento: «Juro por mi honor desempeñar fielmente el papel de Presidente de la República de Cabo Verde en el que estoy siendo investido, defender, cumplir y hacer cumplir la Constitución, observar las leyes y garantizar la integridad del territorio y la independencia nacional».