Tras los estudios de viabilidad, la construcción empezó en 1978, pero fue retrasada por los problemas financieros, ambientales y sociales que encaró.
Sin embargo, en 1988 se formó la Tehri Hydro Development Corporation para gestionar la presa mientras que los fondos pasaron a proceder en un 75% del gobierno federal (siendo el 25% restante aportado por el estado).
La presa ha sido objeto de numerosas críticas por organizaciones medioambientales y locales en la región.
Esto ha provocado polémicas, al ser un afluente del río Ganges, considerado sagrado en el hinduismo.
En algunos periodos del año, el afluente llegaba a detenerse, causando indignación entre los hinduistas que consideraban que la santidad del río había sido comprometida para generar electricidad.
Responsables de la presa han afirmado sin embargo que esto parará cuando se haya completado el llenado del embalse, retornándose al flujo normal.