Es una simple pulsera de material plástico a la que sus creadores dieron supuestos efectos beneficiosos sobre la salud.
[6] Así surgieron más empresas[7] con productos similares, lo que creó el término genérico pulseras energéticas.
[13] Facua (Consumidores en Acción en España) denunció en abril de 2010 a la empresa Power Balance por publicidad engañosa y por anunciar como medicamento un producto no aprobado por Sanidad.
[14] Diversos estudios científicos han demostrado que los productos de Power Balance no tienen ningún efecto real.
Actualmente, se venden las pulseras como un accesorio deportivo mas, sin prometer ningún beneficio para la salud, pero su popularidad decayó notoriamente.