En este lugar, Ayya Vaikundar se unió a Poomadanthai, la diosa de la tierra, y se encarnó para llevar a cabo sus actividades de orden material.
También se halla a 7 km al sudoeste de Swamithoppe.
La característica principal del lugar son los laureles, bajo cuya sombra Ayya unificó a Pomandanthai.
Se dice que Ayya Vaikundar vivió los últimos seis años de su vida en Swamithoppe.
Sin embargo, ella no dejaba de cantar alabanzas en honor de Ayya y, por fin, sus parientes le ofrecieron su mano a Vaikundar, y ambos se unieron para siempre.