Encajan unas en otras, de tal forma que la última o mayor dispone de una tapa donde pueden colocarse todas las demás.
La pieza más grande se llama guardador y la más pequeña que generalmente es maciza se llama disco.
Cada uno de los vasos pesa la mitad del anterior, excepto el disco que repite el peso del último vaso.
Generalmente se empleaban con una balanza para pesar metales preciosos como oro o plata.
Solían fabricarse en la ciudad de Nuremberg en Alemania, desde donde se exportaban a otros países.