Sin embargo, Zhong desaprueba la relación de Miao, lo que lleva a una discusión entre el padre y la hija.
Antes de que Zhong pueda enmendar a Miao, es golpeado en la cabeza por un asaltante anónimo, en un complot orquestado por Wu.
Zhong también se entera de que los otros clientes del bar, incluida su hija, están cautivos.
Wu telefonea al teniente local y exige un cuantioso rescate, así como una audiencia con el prisionero Wei Xiaofu, antes de abandonar la habitación donde Zhong está atrapado.
Zhong luego convence a un reacio Wei Xiaofu para que ingrese al bar con él.
Wu le ofrece a Zhong un ultimátum: dispararse o dejar que su hija muera.
Wu le informa a Zhong que ha pasado su prueba y, al hacerlo, se ha ganado su respeto.
El dueño del bar es arrestado, mientras Zhong es enviado al hospital con algunas heridas leves.