En la década de 1940 se inicia en las grandes ciudades españolas un periodo que cambia su morfología y estructura.
Esta etapa entre 1940-1950, supuso un crecimiento basado en bloques de cierta altura que se dispone en manzanas cerradas tradicionales donde los accesos a las viviendas se relacionan directamente con la calle reservándose el interior para las áreas de servicio.
Es entonces cuando el tejido urbano se densifica con una estructura viaria jerarquizada y bloques en altura, en muchos casos repetitivos, con una gran economía de recursos, faltos de servicios, equipamientos, espacios verdes, y una estructura viaria inadecuada a las necesidades urbanas.
Según el experto en urbanismo Benet Correa, con el franquismo no hubo una política de coordinación entre la arquitectura y el planeamiento urbanístico.
Los centros se convirtieron en zonas repletas de oficinas y los ciudadanos pasaron a residir en la periferia.
En este periodo, estas actuaciones se realizan en numerosas ciudades por el propio Estado o por los patronatos municipales.
La marginalidad era producto de la concepción del barrio, donde se daba una solución urgente al chabolismo desde una visión exclusivamente residencial.
[8][9] En el año 2003, productores franceses y españoles realizaron un documental titulado Polígono Sur (El arte de Las Tres Mil), que hace hincapié en las situaciones marginales o pintorescas del barrio en aquel entonces y, sobre todo, se centra en la afición al flamenco de los vecinos.
[11] Desde 2016, el Polígono Sur está dotado de accesos a un parque que se realizó sobre antiguo cauce del Guadaíra.